MEJORA TU CIRCULACIÓN – ANTIOXIDANTE
Las propiedades nutricionales y medicinales de la uva se remontan a miles de años atrás.
Los egipcios consumían esta fruta desde hace 6000 años, y los filósofos de la antigua Grecia se referían a ella por su gran poder curativo.
El aceite de pepita de uva se obtiene por presión en frío de las semillas de la vida.
Es muy rico en ácidos grasos, fundamentalmente pálmico, esteárico, oleico y linoleico, y una fuente excelente de vitamina E y otros antioxidantes imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo. Apreciado por la presencia de flavonoides que son excelentes antioxidantes. El ácido linoleico tiene virtudes regenerativas y de reestructuración de la piel.
Aplicable a pieles grasas y con impurezas, por su efecto astringente que tonifica y alisa la piel.
El aceite de pepita de uva es emoliente por lo que suaviza y calma la piel, ayudando a reequilibrar la humedad cutánea.
Es excelente para pieles delicadas por sus propiedades regenerativas e hidratantes. También es buen protector contra las radiaciones UV.
Emoliente, protector, antiaging, antioxidante. Adecuado para todo tipo de pieles.
Muy rico en antioxidantes. La piel lo absorbe muy fácilmente, por lo que incluso se puede utilizar como sustituto de la crema hidratante. Fortalece la piel, manteniéndola más tersa y sin arrugas. También es ideal para combatir el acné.
Para masaje, se valoran sus propiedades antimicrobianas y antinflamatorias. Es un aceite no graso, emoliente y con buena absorción.
Por sus propiedades emolientes, regeneradoras e hidratantes le hacen útil para el cuidado de la piel y como aceite para masaje.
Es utilizado en formulados de cosmética por alto contenido en ácidos grasos y vitamina E y vitamina C.
Para formulaciones corporales, faciales y capilares.
Muy útil como portador en la aromaterapia.